Edgardo Ramón Martínez López afirmó tener más de 28 años de trabajo comprobables en Pemex, durante los cuales se desempeñó en el área de mantenimiento y percibió de manera puntual su salario; sin embargo, producto de lo que aseguró es un maridaje entre el sindicato petrolero y la empresa federal, desde mayo de este año está viviendo un infierno.

Esto, porque luego de estar aproximadamente un año con permiso especial estipulado en la cláusula 121 del Contrato Colectivo del Trabajo (CCT) a causa de una hernia discal que ha padecido gran parte de su vida, y que ya aumentó a dos hernias discales, explicó que con el solapamiento del líder sindical en Topolobampo, Felipe Cota Tirado, el jefe de Recursos Humanos de Pemex en Guaymas, Sonora, José Luis García Rodríguez, abusó de su poder y autoridad y lo tiene en este momento sin recibir ni un centavo de su salario y al borde, indicó, de un despido injustificado.

Lo peor, manifestó, es que por estas acciones arbitrarias se está afectando lo que más quiere: su familia, pues no tiene para pagar su casa que se le otorgó a través de crédito hipotecario en Pemex, tampoco para pagar la luz, el agua, la comida y el cierre de ciclos escolares de sus hijos.

«Por mi padecimiento me metieron a la cláusula 121 sobre servicios médicos del Contrato Colectivo del Trabajo, que significa el permiso de hasta 335 días sin presentarme a laborar por estar incapacitado, y en ese tiempo me debían valorar tres veces un médico, algo que nunca sucedió, y aun cuando el 121 especifica que el proceso se aplica dos veces más en caso de que no se le valore médicamente a una persona, hicieron caso omiso de esto y automáticamente me pasan a la cláusula 122, donde yo pierdo mis ingresos, dejo de recibir las catorcenas, y esto es un claro abuso de poder y autoridad hacia mi persona del licenciado José Luis García en Guaymas, Sonora.»

Manifestó que este jefe de Recursos Humanos de Pemex se ha empeñado en abusar de su autoridad no solo con él, sino con gran parte de los trabajadores, pero con él en específico debido a que hace cuatro años levantó una denuncia en la Función Pública en su contra y hubo una sanción de cuatro días para él y todo su departamento.

El siguiente paso, agregó, será acudir al Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral a Culiacán para levantar una demanda de conciiliación por despido injustificado, porque a él jamás se le notificó y mucho menos se siguieron los cauces legales con la cláusula 121.

En cuanto a su representante sindical, comentó que no le ha ayudado en nada por su falta de carácter, capacidad, voluntad y conocimiento. «Nunca me protegió para que yo no cayera en la cláusula 122, pero reconozco que es mi culpa porque confié en él, dejé mi futuro en sus manos pensando que me ayudaría».

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