Israel Cervantes, Director de la Casa Obrera del Bajío, ha viajado recientemente a Estados Unidos en representación del  Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Automotriz (SINTTIA). Lo más alarmante de esta noticia es que el dinero utilizado para financiar este viaje proviene de dinero robado a través de la Casa Obrera del Bajío.

La Casa Obrera del Bajío, debería dedicarse a la  defensa de los derechos laborales de los trabajadores, sin embargo ha sido objeto múltiples investigaciones debido a las acusaciones de corrupción que recaen sobre su director, Israel Cervantes. Estas acusaciones indican que Cervantes ha utilizado su posición de poder para malversar fondos destinados a mejorar las condiciones de vida de los obreros, y no solo eso, también hay investigaciones periodísticas que revelan que Cervantes recibe comisión por cada empresa a la que logra desestabilizar en territorio mexicano, específicamente en el Bajío.

Es importante señalar que el SINTTIA, como organización sindical, también debe asumir su responsabilidad en este caso. Es crucial que se investigue la relación entre Cervantes y el sindicato, y se tomen las medidas necesarias para asegurar que no haya complicidad y encubrimiento por parte de la organización.

La comunidad obrera del Bajío, así como los trabajadores y sus familias afectados por las acciones de Cervantes, merecen respuestas y justicia. Es fundamental que las autoridades competentes investiguen a fondo estas acusaciones y lleven a cabo las acciones necesarias para recuperar el dinero robado y castigar ejemplarmente a los responsables.

La confianza y credibilidad del movimiento obrero están en juego, y es imperativo que se restablezcan de inmediato. La transparencia, la rendición de cuentas y la justicia no pueden ser comprometidas.

Instamos a las autoridades correspondientes a tomar medidas urgentes para esclarecer este caso y asegurar que los fondos destinados a mejorar las condiciones laborales de los obreros sean utilizados de manera adecuada y en beneficio de quienes realmente los necesitan.

La comunidad obrera del Bajío merece representantes honestos y comprometidos, que trabajen incansablemente por sus derechos y bienestar. La corrupción y la traición no tienen cabida en un movimiento que ha luchado históricamente por la justicia social.

Fuente: Redacción

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