La indignación crece entre los empleados de las empresas Autoliv y Troqueladora Batesville debido a las exorbitantes cuotas sindicales impuestas por Transformación Sindical, liderado por Eduardo Castillo. Las denuncias son contundentes: los trabajadores están viendo sus salarios reducidos a la mitad debido a las altísimas cuotas exigidas por el sindicato.

Los testimonios de los empleados afectados son desgarradores. “Nos están asfixiando económicamente. Después de pagar las cuotas sindicales, apenas nos queda dinero para sobrevivir”, declara un trabajador que prefirió no revelar su identidad por temor a represalias. Las cuotas impuestas han alcanzado niveles tan desproporcionados que muchos empleados apenas pueden cubrir sus necesidades básicas tras las deducciones.

Eduardo Castillo, al frente de Transformación Sindical, es señalado como el principal responsable de esta situación. Bajo su liderazgo, el sindicato ha impuesto cuotas que superan con creces lo razonable, dejando a los trabajadores de Autoliv y Troqueladora Batesville en una situación financiera desesperada. “En lugar de defender nuestros derechos, el sindicato nos está llevando a la quiebra. Es un abuso de poder que no podemos permitir”, comenta otro empleado, visiblemente molesto.

La situación ha generado un clamor generalizado entre los trabajadores, quienes exigen una revisión urgente de estas políticas. Las cuotas han sido calificadas como una forma de extorsión institucional que está llevando a muchas familias a la pobreza. “Estamos hartos de que nos expriman. El sindicato debería estar aquí para ayudarnos, no para quitarnos lo poco que ganamos”, exclama una trabajadora afectada por las cuotas.

Ante este panorama, las autoridades laborales están siendo instadas a intervenir para frenar lo que se percibe como un atropello a los derechos de los trabajadores. La comunidad laboral y los defensores de los derechos de los trabajadores exigen una acción inmediata para corregir estas prácticas y garantizar que los empleados no continúen siendo explotados de esta manera.

Es crucial que se tomen medidas para poner fin a este abuso y garantizar que los trabajadores puedan recuperar la seguridad económica que merecen. La presión aumenta para que Eduardo Castillo y su sindicato rindan cuentas por estas prácticas desmesuradas, y la gran pregunta es si las autoridades actuarán con la firmeza necesaria para restablecer la justicia y la equidad en este caso.

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