La reciente investigación de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) ha desvelado una alarmante verdad: la Confederación Obrera Revolucionaria Emprendedora de México (COREMEX), un sindicato que debería proteger los derechos de los trabajadores, se encuentra profundamente implicado en actividades delictivas. En lugar de cumplir su función de defensa, COREMEX ha utilizado su estructura como una fachada para la extorsión, la violencia y crímenes graves como homicidios y secuestros.

Este informe es parte de una investigación más amplia que ha señalado a al menos diez sindicatos en el Estado de México involucrados en extorsiones, un delito que sustenta las finanzas de 25 organizaciones criminales en la región. Sin embargo, lo que distingue a COREMEX son las severas y extensas acusaciones en su contra, poniendo en riesgo la seguridad empresarial y afectando la estabilidad social y económica del estado.

El modus operandi de COREMEX es alarmante: a través de la intimidación y la violencia, ha impuesto su control sobre ciertos sectores empresariales, forzando a los dueños de negocios a ceder a sus demandas bajo la amenaza de represalias violentas. Muchos empresarios han optado por cerrar sus operaciones antes que continuar siendo víctimas, lo que evidencia el nivel de control que este sindicato ha establecido mediante el miedo y el crimen.

Más inquietante aún es el hallazgo de vínculos entre COREMEX y actores políticos de la región, lo que plantea serias interrogantes sobre la infiltración del crimen organizado en las estructuras de poder local. La existencia de un sindicato vinculado a homicidios y secuestros, respaldado políticamente, refleja la gravedad del problema y la profunda descomposición que afecta al sistema sindical y político.

La complicidad o inacción de las autoridades ha permitido que COREMEX se convierta en una herramienta de control criminal, contribuyendo a la desintegración de los principios sindicales que alguna vez fueron la base de la lucha obrera. COREMEX, que debió haber luchado por los derechos de los trabajadores, ha optado por aliarse con el crimen organizado como su principal estrategia.