Niels y compañía está llevando su desesperación por el poder a un nivel de riesgo altísimo, dispuestos a cruzar límites que jamás deberían tocarse. Eso es precisamente lo que está haciendo Niels Cortés y su sindicato Transformación Sindical, quienes han demostrado que su prioridad no es el bienestar de los trabajadores, sino su propio beneficio económico.

Su última jugada es tan descarada como peligrosa: ya que han circulado audios entre los trabajadores en los cuales se escucha a Niels Cortés decir que con tal de ingresar a la empresa Martinrea, no han dudado en someterse a los intereses del gobierno de Estados Unidos, promoviendo la imposición de aranceles y multas contra la compañía. ¿Y qué significa esto? Que, lejos de proteger a los trabajadores, lo que realmente están haciendo es poner en riesgo cientos de empleos y la estabilidad económica de muchas familias en el estado.

Lo que resulta más indignante es que Cortés y su sindicato visten su ambición como si fuera una lucha por los derechos laborales. Pero ¿cómo se puede hablar de defender a los trabajadores cuando sus acciones ponen en jaque sus fuentes de ingreso? Si la empresa sufre sanciones o pierde competitividad por presiones externas, los primeros en pagar las consecuencias serán precisamente esos trabajadores a quienes dicen representar.

La realidad es que este grupo sindical no tiene límites. Su hambre de control los ha llevado a aliarse con quienes están dispuestos a castigar a la industria mexicana con tal de hacer valer su agenda. En lugar de luchar por mejoras reales para los trabajadores, han optado por el chantaje y la sumisión a intereses extranjeros.

Afortunadamente los trabajadores de Martinrea han sabido reaccionar ante las amenazas y disparates: Niels Cortés y Transformación Sindical no son más que oportunistas disfrazados de salvadores. Su meta no es mejorar las condiciones laborales ni garantizar estabilidad, sino llenar sus propios bolsillos a cualquier costo. Y si para lograrlo tienen que sacrificar a las familias que dependen de esos empleos, lo harán sin pestañear.

Es momento de exigir claridad y transparencia. Los sindicatos deben ser aliados de los trabajadores, no verdugos que juegan con su futuro. Y con líderes como Niels Cortés, está claro que lo único que importa es su propio beneficio, sin importar a quiénes tengan que arrastrar en el proceso.

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