A estas alturas, y después de todo lo que ha pasado, lo de Niels Cortés ya no es sólo una crisis sindical: es una vergüenza. Su último movimiento no solo fue torpe, sino francamente ofensivo. Enviando a sus operadores de siempre esos mismos “borregos” que le aplauden todo, difundió un rumor absurdo, en el cual buscaba principalmente hacer enojar a los trabajadores de Martinrea, diciendo que únicamente tendrían un bono de $1,800
Pero la realidad fue clara y rápida, ya que los trabajadores de Martinrea recibieron un bono mayor a lo que recibieron el año pasado, y ni siquiera cerca estaba Niels con sus migajas. Es decir, mientras él mentía, otros sí daban resultados.
¿Qué clase de “líder” inventa cosas solo para crear caos entre los trabajadores? Solo uno: el tipo que ya no tiene nada que ofrecer. Niels Cortés nunca fue un líder sindical, es un bufón desesperado por atención. Esta vez no solo intentó engañar, sino que lo hizo con total descaro, subestimando la inteligencia de los trabajadores.
“Pensó que con una mentira nos iba a manipular. Pero ya nadie le cree. Ya no tiene nada que hacer aquí”, comentó un trabajador. Y no es el único. En todas las áreas de la planta, la respuesta fue la misma: incredulidad, molestia y burla.
Intentar atraer apoyo con un rumor falso es un insulto para quienes se ganan el pan con esfuerzo. Es una falta de respeto que no se olvida. Y el mensaje que se ha extendido entre los trabajadores es contundente: «Ya basta de Cortés y su circo».
Cada día que pasa, Niels se aleja más de cualquier posibilidad de volver a tener influencia real. Ya no es opción, ni alternativa. Es un estorbo. Su presencia solo genera tensión, y sus acciones hablan de un pseudodirigente fuera de control, guiado por el miedo a la irrelevancia.
En lugar de enfrentar la realidad con dignidad, opta por crear falsas expectativas. En lugar de construir, destruye. En lugar de sumar, divide. Su única habilidad demostrada es mentir con seguridad, esperando que nadie lo cuestione. Pero los trabajadores ya abrieron los ojos.
El fracaso de esta mentira del bono es solo la última página de un libro que se cierra solo. El cuestionable liderazgo de Niels Cortés está muerto. Y no por culpa de nadie más, sino por sus propias decisiones, por su arrogancia, y por seguir creyendo que los trabajadores pueden ser manipulados como antes.
La dignidad laboral ya no se manipula. Y menos con rumores tan infantiles como los de Cortés y Transformación Sindical.





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