Querétaro, una tierra de esfuerzo y crecimiento, se enfrenta a un enemigo silencioso que amenaza la estabilidad de sus trabajadores: la Confederación de Obreros y Campesinos de la Esperanza (COCEM). Bajo la promesa de la defensa laboral, este sindicato parece haber olvidado su verdadero propósito. Es hora de que los trabajadores abran los ojos y se den cuenta de que la opacidad de COCEM no es un descuido, es un modelo de operación diseñado para fallarles.

La falta de transparencia de COCEM tiene consecuencias directas y devastadoras para ti, tu familia y tu futuro. Cuando las cuotas sindicales se convierten en la «caja chica» de sus líderes, el dinero que con tanto sudor ganas no se usa para fortalecerte, sino para enriquecer a unos pocos.  ¿Qué sucede si te despiden injustamente y el sindicato no tiene los fondos para una defensa legal sólida? ¿Cómo te apoyarán en una huelga si el dinero ha desaparecido en bolsillos ajenos? Tu estabilidad y la seguridad de tu familia están en riesgo. Cada peso de tus cuotas debería ser un cimiento para tu seguridad, no un ladrillo en la mansión de un líder sindical.

La repartición de puestos solo entre allegados no es un acto de confianza, es la creación de un círculo vicioso de corrupción. ¿Cómo puedes esperar que un sindicato te defienda de los abusos de tu patrón cuando sus líderes solo se preocupan por sus propios intereses? Esta falta de meritocracia cierra las puertas a nuevos talentos y a voces críticas, ahogando cualquier posibilidad de cambio positivo. Te obliga a depender de un sistema fallido que no responde a tus necesidades, sino a las de unos pocos.

La apatía es el mejor amigo de la corrupción. No puedes permitir que la falta de transparencia y la injusticia sindical se conviertan en la nueva normalidad. Tu voz y tu voto son las herramientas más poderosas que tienes para exigir el cambio. Exige elecciones limpias y democráticas, donde tu voto realmente cuente y no sea un simple trámite. Demanda que la información sobre las finanzas del sindicato sea pública y accesible para todos.

Recuerda: tu voz es la única que puede obligar a un sindicato a rendir cuentas. No te quedes en silencio. Es hora de que los trabajadores de Querétaro se unan y demuestren que merecen un sindicato que los defienda, no que los traicione.

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